Veinitinueve días. Veintinueve casilleros más y cayó la ficha.
No siempre sabe bien ganar el juego, quedarse rica. Un@ no sabe si fue un golpe de suerte o si realmente supo jugar sus cartas. Y el otro jugador nunca, jamás descubrirá hasta qué punto se equivocó.
Con lo simple que podría haber sido sólo jugar y mejorar aún más. Con lo divertido que podría haber sido desafiar otro día y solo seguir jugando.
Pero no. Siempre es más importante intentar ganar.
Y estas son las cosas que pasan: algunos se quedan sin nada.