sábado, 1 de mayo de 2010

Alucinación


Se me aclaró la mente al instante.

En cuanto dejé de dudar.

Es que, primero, no quería verlo; después no quise creerlo, y al final me cayó como un rayo: No estabas ahí. Parecía..., pero no. Tu cuerpo no admitía falsas interpretaciones. Tu cuerpo no era tu cuerpo y tus ojos... y tu mirada... ya no estaba.
Salí a buscarte en medio de la noche, desesperadamente.
Aún sigo buscando, algunos días, intermitentemente.