viernes, 18 de septiembre de 2009

La Tempestad


Soberbia, Omnipotencia, Arrogancia, Egoísmo: cuatro aplicados hijos del miedo. Despóticos e implacables destructores del afecto. Derrochadores de soledad y angustia, desconfianza y desconcierto.


Qué tristeza!, que tristeza ser presa de cualquiera de estos monstruos que nos endulzan los oídos y nos llenan la cabeza y nos ciegan y nos callan y nos quitan y nos atan, quedándose con toda nuestra energía, con nuestra capacidad de amar.

Y así nomás se naufraga una y otra vez en esta mar, de tempestad en tempestad: siempre creyendo que el tiempo es lo que tiene que cambiar.