Nada era tan verde, ni tan profundo ni tan verdadero. Nada era tan sólido, nada tan duradero.El viento empezó a soplar de lejosy barrió la capa, y el sombrero, las plumas, los tinteros.Y las guitarras se fueron quedando sin cuerdas, saltaron los clavijeros...Así: así comenzó la guerra venida de mar adentro.