miércoles, 24 de marzo de 2010

Dos dedos sobre mi hombro


Nunca más la mirada desviada.
Nunca más la sonrisa sometida.
Nunca más la violencia consensuada.
Nunca más que me pisen las palabras.
Nunca más quedarme sin abrazos.
Nunca más quedar abandonada.
Nunca más dar todo a cambio de nada.
Nunca más mi silencio cómplice.
Nunca más mi llanto a solas.
Nunca más noches oscuras.
Nunca más la desnudez del alma para la diversión de la mirada.
Nunca más complacer a costa del olvido.
Nunca más nadie volverá a golpear dos dedos sobre mi hombro.
Nunca más desaparecer.