No contenta la vanidosa mariposa de luz con poder volar cómodamente en el aire, y conquistada por la seductora llama de una vela, resolvió dirigir a ella su vuelo; pero su alegre carrera terminó en súbito dolor. La lumbre consumió, en efecto, sus alas sutiles. Y el mísero insecto cayó todo quemado al pie del candelero. Tras muchas lágrimas de arrepentimiento, se enjugó los húmedos ojos y levantándolos al cielo dijo así: ¡oh, mentirosa luz!, ¡a cuántos como yo debes tú en pasados tiempos de haber tristemente engañado! Si quería ver la luz, ¿no debí acaso distinguir la verdadera, que nos viene del Sol, de la falsa, que se alimenta de vil sebo?
(Fábula de "Apuntes de Cocina", Leonardo Da Vinci)
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