sábado, 1 de mayo de 2010

Alucinación


Se me aclaró la mente al instante.

En cuanto dejé de dudar.

Es que, primero, no quería verlo; después no quise creerlo, y al final me cayó como un rayo: No estabas ahí. Parecía..., pero no. Tu cuerpo no admitía falsas interpretaciones. Tu cuerpo no era tu cuerpo y tus ojos... y tu mirada... ya no estaba.
Salí a buscarte en medio de la noche, desesperadamente.
Aún sigo buscando, algunos días, intermitentemente.


3 comentarios:

Fermina dijo...

Dios mio, que triste!

Sandra dijo...

Si supieras cuánto Fermina...

Anónimo dijo...

La duda es como el lucero que anuncia la llegada del día. Para ello, debió aguardar el paso de la noche con sus encantos, pasiones, pero a oscuras..

Siempre es mejor la claridad.. aunque en ella descucbramos que lo que veíamos no era.. quizás eran solo reflejos de lo que deseabamos, anhelábamos.. Pero poco a poco, al transcurrir del día veremos otras maravillas, nos encantará el calor de la vida y el son de algún amor que espera a la puerta..

Besos, me encanta tus dos sitios.