domingo, 24 de octubre de 2010

Adagio de Una

.... y yo sería tu hilo conductor, te llevaría de la mano de principio a fin…

Sería introducción, desarrollo y desenlace de tu pensamiento, sería el tono templado de tu voz, la textura de tus sentimientos adormecidos, el marco de tus imágenes prohibidas. Sería tu risa, tu lágrima, tu susto, tu sorpresa, tu incógnita, tus líneas y entrelíneas. Sería tus puntos, tus comas, tus signos de interrogación, de admiración, y hasta tus acentos puestos con contundencia. Sería tu heroína, tu musa, tu villana, tu mártir, tu víctima, tu puta y tu santa. Sería tu paisaje en el cual reposar, tu lluvia y el rayo de sol, tu brisa y el trueno, tu espina y la flor...

… y sería la analogía de tu imagen en el espejo, te aclararía la idea principal de las dudas que te carcomen, te recordaría los detalles de tus caídas y aciertos, me puliría en el desgrane de tus sueños y derrotas, cuidaría la ortografía de cada lágrima derramada, le daría orden a la secuencia de tus miedos para desecharlos, dejaría libre las palomas cautivas de tus entrañas, rompería las cadenas de tus pasos inciertos, dibujaría en ti la sonrisa sin culpa, barrería tus dragones y falsas sirenas. Sí… derribaría tus templos de columnas de oropel, tus puentes movedizos, tus torres de papel…

¡Pero déjame salir!... emerger del cortinaje de tu rostro inmutable, de los barrotes de tu orgullo mal habido, de tu mueca protectora, de tu mirada indefinida… para que una vez tú misma, rehagas, por fin, el principio de tu historia.

No hay nada más, que el adagio de una.

Aletse.

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